Los encantos del universo
El sábado 8 de febrero tuve el gusto de presenciar y disfrutar del Taller Infantil de Física Espacial (TIFE), en el Centro de Reintegración Social Rafael Nieto, como parte de las actividades de la sala de lectura “Imaginantes de Universos” coordinada por la mediadora Sel Valadez y a la cual tengo el gusto de apoyar.
El TIFE es un grupo de divulgación científica que desde 1992 se ha caracterizado por acercar al público en general a las ciencias, haciendo énfasis en poblaciones vulnerables. Está integrado por el Dr. Hugo Alberto Jasso, el Dr. Luis de la Cruz, la Mtra. Janeth Alemán y el Mtro. Cesar Rocha. Unos seres humanos increíblemente apasionados y que con toda la disposición del mundo llegaron a transformar el día de los niños del Rafael Nieto, pero sobre todo la visión que tienen sobre el universo.
Las actividades iniciaron con una presentación por parte del equipo de trabajo y del orden de las actividades dejando en los niños todo el deseo de conocer el cosmos. Por contratiempos técnicos el orden del taller se modificó pero esto no inmuto a los coordinadores del mismo, más bien les dio el motivo perfecto para arrancar con la primer actividad demostrando la solución de problemas de una forma práctica y divertida. Nos dividieron en equipos de trabajo y a continuación comenzamos armando unos grandes globos de Cantoya. Por el tamaño parecían automóviles y más de un niño quería meterse al interior del cubo de papel china, recibiendo un regaño de mi parte, reclamando que yo iría primero. Aunque a decir verdad, la desilusión y la desconfianza de los niños era latente, comentaban: ¿cómo va a volar esto?, ¡no lo creo!, ¡este cubo ni me gusta!, ¡no puede volar sin varillas, esta todo aguado! Pero las explicaciones y sobre todo la solicitud de paciencia, eran fundamentales en el desarrollo de la actividad.
Una vez terminados los globos, los dejamos olvidados para pasar al área de proyecciones donde nos dieron una plática sobre las constelaciones, la vida de las estrellas y unos videos interesantísimos sobre los sonidos y el alucinante tamaño de los astros comparados con nuestro bello planeta. Fue muy grato observar a los niños mientras la proyección pasaba del planeta tierra, al sol y a la estrellas Sirius, Rigel y a la Gran Canis Majoris, sus gritillos de emoción me divertían mucho y a la vez también me sorprendí imitando la bulla de ellos al regresar al tamaño de nuestro planeta y ver como comparada con la estrella más grande conocida (Canis) éramos un pequeño grano de arena. Y esa sensación de pequeñez nos embargó a todos en la sala.
Afortunadamente nos explicaron de la belleza del espacio, de la profundidad del universo y de las sorpresas e historias de nuestra galaxia, nos enseñaron a armar un telescopio, explicándonos cada una de sus partes y en seguida bajamos al patio central, donde ya se encontraban instalados otros dos telescopios, listos para observar la luna y sus cráteres, Saturno, y la constelación de Tauro. Desde luego la emoción y el hechizo de los astros para con los niños fue increíble, una vez pasada la conmoción de los telescopios simplemente nos tiramos al suelo a observar como lo hacían nuestros antepasados, en la noche, y vaya noche que nos tocó. Despejada y con una luna creciente que iluminaba todo el patio, estaban magnetizados con el esplendor de la luna y las estrellas. A pesar de ser pequeños algunos niños y estar casi completamente a oscuras y con un ligero frio, nadie se quejó. Observamos y escuchamos un par de historias y leyendas mientras con un potente laser nos apuntaban las constelaciones. Creo que esta fue la parte más significativa para mí, el poder apreciar como los niños en la noche observaban las estrellas, apuntando al universo como si pudieran tocar los astros con sus manos.
Debo confesar que fui el que comenzó el desorden al tener frio y correr por mi suéter y exigir que les trajeran chamarritas a los niños. Ya después nos dispusimos a prender los globos de Cantoya, y nuevamente la magia y la gritería inundo el patio. Esas ideas pesimistas al armarlos se vieron completamente dilucidadas con el mismo vuelo de los globos. Todos surcaron perfectamente emprendiendo una partida cósmica, como la que a todos nosotros los del TIFE nos provocaron. Cerramos la noche cenando pizzas no sin antes bromear a los niños de la cancelación de la cena por traviesos y gritones. Encantados nos invitaron a sus mesas y terminaron preguntando muchas dudas a los maestros que siempre alegres, atentos y divertidos respondían a sus dudas.
Esa noche no me quedo más que agradecer profundamente las facilidades otorgadas a los prefectos del Centro, así como del director del mismo, pero sobre todo a la labor tan maravillosa que realizan esos divulgadores de la ciencia que enamoran y encantan con lo que hacen. Caudillos y heroínas divulgando ciencia.
En hora buena nos fuimos a dormir con las estrellas.
El poder de la mente no cabe en el universo.
La imaginación es lápiz de las mejores aventuras,
con ella te emocionas, suspiras y hasta te irritas,
es magia invencible y oportuna sanadora.
